Querida amiga:
Un día descubrí
otra clase de amor,
ese que no se pierde ni muere
bajo ninguna estación:
El amor de amiga,
el de una hermana
que de la noche a la mañana
pasó a ser parte de mi vida.
Tú eres a quien quiero
dedicar estos versos.
A ti amiga
que me prestaste tu hombro
para llorar contigo,
que reímos como locas
sin motivo alguno...
A ti quiero abrazar,
sin importar distancias o fronteras.
Tú eres muy importante en mi vida,
para mí un ser muy especial:
entraste a mi corazón
con tu nobleza y tu alma blanca.
Amiga de mi vida,
quiero que rías esta Navidad.
No llores por nada, sé feliz
siente que a tu lado estaré
y alzaré mi copa por nuestra amistad,
esa que nació un día cualquiera
y quedó clavado en mi corazón.
Quiero que seas muy feliz.
Te mereces lo mejor, eres verdadera
sencilla y leal compartamos todo
en lo lejos, en lo cerca
recuerda que hay alguien cerca de ti.
No te fallaré, no te juzgaré,
reiré contigo y por ti también lloraré.
Amiga, mi hermana,
por que lo mucho que nos hemos querido las dos,
no hay obligaciones entre nosotras,
sólo este gran cariño que nos tenemos.
Feliz Navidad mi querida y leal amiga.
Tantos años y siempre juntas...
¡Feliz Navidad!